miércoles, 10 de octubre de 2012

VIAJAR POR CHINA: LOS HUTONGS DE BEIJING

Siempre hay animación en los hutongs

Los callejones son tras estrechos que los vecinos usan transportes a su medida
 



A tan sólo un año de las Olimpiadas de Beijing, tuvimos ocasión de ver un hutong típico. Por su buen estado, parecía ser uno de los que iba a librarse del derribo.

Estos barrios de callejuelas y casas de una sóla planta parecen tener los días contados, dejando paso a las grandes edificaciones y rascacielos.




Aunque al haberse convertido en una atracción más para los turistas, los hutongs dificilmente desaparecerán del todo.  Además es un medio de obtener ingresos, como fue el caso de la familia que dejó que deambulásemos por su hogar.
 






Las casas suelen ser pequeñas,  aunque las hay de más de 100 metros cuadrados. Es muy habitual que las habitaciones estén construidas alrededor de un patio central, de tal modo que para ir de una habitación a otra, haya que cruzarlo.
 
 
El patio es por lo tanto, lo que la chimenea es a una cabaña en la montaña: el centro de la vida familiar.  En "nuestra" casa, el patio contaba con una "pecera" y con unas mascotas muy habituales en China: un par de pájaros. No era muy recomendable introducir el dedo en la jaula, de hecho, al acercarte intentaban picarte. La casa tenía aire acondicionado pero no calefacción ni baño interior. Los aseos en los hutongs suelen ser públicos: un pequeño canal por donde permanentemente transcurre agua y encima del cual hay que agacharse con una pierna a cada lado de la canaleta.
 
La higiene de los baños públicos no depende de esta curiosa infraestructura sino del caudal de agua y por supuesto, de la puntería de los "usuarios".
 
En nuestro viaje a Shanghai del 2011, paseamos por barrios con estructuras y edificios muy similares a los hutongs de Beijing. Reconvertidos en zonas residenciales para familias de clase media y con más comodidades.

También en Shanghai vimos lo que parecían hutongs pobres, con casas y callejuelas muy viejas y en mal estado.

Sean de un estilo más moderno y habitable o por el contrario, antiguos e incómodos, los hutongs respiran un ambiente más humano y de convivencia que el que se puede percibir en las anchas avenidas con miles de personas. Es en los hutongs donde se puede ver a niños jugar en las calles y a los vecinos charlar animadamente.




 

 


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