Las grandes tormentas son habituales en verano en algunas provincias de China. Tan habituales que los conductores cruzan la ciudad aunque esté como se ve en las fotos.
En Nanjing (provincia de Jiangsu), a los pocos días de haber adoptado a Jan Yun Liu, no paró de llover en toda la noche.
Al día siguiente nosotros cuatro teníamos que ir al registro a hacernos el libro de familia Chino.
Ni cortos ni perezosos, nos embarcamos en nuestra nave: un coche que a mí me parecía más bien pequeño y frágil.
Pero ver la decidida mirada del chófer apartó cualquier duda. Llegaríamos a nuestro destino, que por cierto, distaba una media hora de nuestro hotel un día sin lluvia.
Nanjing es una ciudad muy grande y de las más populosas de China. Los atascos son habituales a cualquier hora.
Lo curioso es que ese día también las calles estaban atestadas de coches. Deduje que los conductores estaban acostumbrados a estas inundaciones y ya conocían por dónde se podía pasar y por dónde no.
O eso es lo que yo quería creer.
Deciros que llegamos sanos y a salvo, tanto a la ida como a la vuelta. Y que no sacamos más fotos porque estábamos agarrando a los dos niños a la vez que no quitábamos ojo de la carretera. Toda una aventura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario