domingo, 9 de septiembre de 2012

VIAJAR POR CHINA. SHANGHAI: World Financial Center Observatory

EL EDIFICIO MÁS ALTO DE ASIA, POR POCO TIEMPO

ABRIL 2011

Lo intentamos pero la altura del edificio nos lo puso difícil, desde esta perspectiva no
se aprecia la forma de abre botellas al final de la Torre.



Vista desde el observatorio de la torre WFC


Foto que presentan en el observatorio, indica alturas de otros edificios


Una de las visitas que no hay que perderse en Shanghai, es la Torre más alta de Asia. Nada más y nada menos que 101 plantas.

Tan impresionante como la altura, lo es su forma, ya que los cuatros lados del edificio acaban juntándose en uno solo. No sólo eso, sino que entre la planta 99 y la 101 hay un espacio en forma de rectángulo. Por este motivo el edificio lleva el apodo de "el abre botellas".

Es tremendamente complicado realizar una foto a la torre en su totalidad. Lo mejor es comprar postales o fotos realizadas por profesionales.

Lo que si está al alcance de cualquier aficionado, es fotografiar los edificios y las vistas desde el observatorio del WFC.


Vista de los alrededores





La niebla no impidió que apreciáramos Shanghai desde las alturas



Uno de los reclamos de la Torre, es la velocidad de su ascensor. Asciende un piso por cada segundo. El viaje relámpago es acompañado de una luz azul suave que junto a la música e imágenes proyectadas algo psicodélicas, nos hacían pensar que estábamos en una nave espacial.

En la planta del observatorio, la 101,parte de la superficie del suelo es transparente, simulando que pisas el aire. Una vez superado el vértigo inicial, hay que intentar dar un par de pasos situándose justo encima del cristal.

Para los  menos aguerridos como yo, nos lo podemos tomar con calma, tranquilidad, no hay prisa. Dejar que sean otros los que lo prueben primero. Si además vas con niños que saltan y corren por encima y todavía no te has mareado, ya puedes avanzar y no quedar como una cobardica.

Otro estímulo es pensar en los kilómetros recorridos para haber llegado hasta allí.



Para los más valientes





Detalle explicativo sobre el edificio y su curiosa forma



La mayor parte de las plantas del WFC están ocupadas por oficinas. La planta baja tiene reclamos comerciales de última tecnología.


Una vez visitado el observatorio, se puede hacer una parada en la planta 99, donde hay una cafetería con sus correspondientes puntos de venta. En realidad no son tiendas, sino mesas bien dispuestas donde se exponen artículos de regalo nada baratos y de cierto lujo: estilográficas, relojes...

Uno de los sitios más visitados de esta planta son los servicios. Nosotros veíamos salir a las chicas del baño riéndose y llamándose unas a otras para salir con la cámara de fotos colgada al cuello.

Como no podía ser menos, investigamos: los inodoros eran automáticos con botones para elegir posición, la temperatura de la superficie, la expulsión de agua etc..

Así fue como nos enteramos que el Gobierno japonés fue uno de los que invirtieron en la Torre.



Probando botones

La superficie podía ser calentada al gusto del usuario

Fue un golpe de suerte poder ver cómo se limpian los cristales de un edificio de estas dimensiones. La sorpresa fue comprobar que se usan  medios y métodos habituales.

Estas personas estaban más que acostumbradas a las alturas.







No hay limite de tiempo para permanecer en el observatorio ni en el edificio. Nosotros estuvimos un par de horas aunque es un tiempo de referencia para los que visiten el WFC con niños impacientes.

Para completar el día, se puede visitar el Acuario. Es un agradable paseo de quince minutos y el Acuario es uno de los más grandes del mundo.




Salida del WFC. El Acuario está junto a la Torre de la Perla (en el centro de la foto)




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