Entrada a las aulas |
LLevábamos 3 semanas en China, dos de ellas con nuestra niña recién adoptada y nos trasladamos a la capital de China para finalizar el papeleo y coger el avión de vuelta.
Una de las visitas más simpáticas que realizamos fue a este colegio. En su momento llegué a pensar que la idea surgió del aparato de propaganda del Gobierno Chino. Con el tiempo cambié de opinión y creo que simplemente fue un gesto simpático para los "nuevos padres".
Sala donde los niños dormían la siesta |
Los niños del cole cambiando de aula |
Pudimos movernos por las instalaciones con toda normalidad, entrando y saliendo a nuestro aire. Para nuestras hijas, era la primera vez que estaban en un parque infantil.
Había un par de toboganes y poco más, pero era una gozada ver las sonrisas en sus caritas.
Los niños estaban acostumbrados a las visitas, no les llamamos en absoluto la atención |
Cuando ahora comparo estas fotos con las que hicimos posteriormente en los orfanatos de nuestros hijos encuentro bastantes semejanzas: las camas de hierro sin colchones, las cuidadoras manejándose de la misma manera por las salas, las ropas de los niños...
Aunque hay un aspecto que destaca en el colegio: más luz y sobre todo, un patio para jugar.
Una especie de tren que recuerda a los aparatos de gimnasia que suele haber en los parques de China |
Al ver a tantos niños, y especialmente a las niñas tan alegres y cuidadas, pensé entonces si en lo importante, tampoco habría diferencias entre este colegio y el orfanato de Leizhou de donde procedía Lei Jin Ying.
Hoy tengo la seguridad de que efectivamente, aunque con menos recursos y comida, el cariño recibido fue el mismo. Y eso era lo más importante.
Lei Jin Ying viendo las carpetas de los niños del cole |
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